EQUIPO DE PROFESIONALES

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martes, 11 de marzo de 2014

PIE DE ATLETA

El pie de atleta es una infección producida por hongos que afecta principalmente a los pies. Se suele presentar en la planta, los dedos y los talones. Puede tener distintas gravedades, además de que es posible que vuelva a parecer una vez terminado el tratamiento.
De hecho, el pie de atleta es la infección micótica más popular, la cual prospera principalmente en zonas cálidas y húmedas. Es importante mencionar que este tipo de infección es sumamente contagiosa, especialmente por el contacto directo con calzado, calcetines o superficies de duchas y piscinas.
Las causas más importantes que motivan la aparición de esta infección son:
§ Sufrir una lesión menor en alguna parte del pie o en las uñas.
§ Sudor excesivo en los pies.
§ Humedad o no secarse bien los pies después de bañarse.
§ Usar calzado cerrado o muy apretado, hecho principalmente de materiales sintéticos.
Los síntomas más comunes que avisan sobre la presencia o desarrollo del pie de atleta son los siguientes:
§ Piel agrietada o en escamas que se desprende fácilmente del pie o los dedos.
§ Ardor excesivo o escozor.
§ Piel enrojecida y picazón fuerte.
§ Ampollas que supuran o forman costras.
Debido a sus características, el hongo que produce el pie de atleta se puede extender a otras zonas del pie, como las uñas. En caso de que suceda, estas últimas se decoloran, se hacen más gruesas y también se pueden fracturar o desprender parcial o totalmente.
Curar el pie de atleta es en realidad muy sencillo. Tan solo basta utilizar cremas. o polvos antimicóticos.
Seguir los siguientes consejos nos ayudan a evitar la reaparición del pie de atleta:
§ Mantener los pies limpios y secos, especialmente entre los dedos.
§ Lavar los pies periódicamente con agua y jabón, y secarlos muy bien.
§ Utilizar calcetines de algodón y no optar por calzado muy apretado o hecho de materiales sintéticos que provoquen que nuestros pies suden.
Prevenir la aparición es muy sencillo.
§ Secar los pies muy bien después de bañarse o nadar.
§ Usar sandalias o chanclas en baños o piscinas públicas. Cambiar los calcetines por lo menos una vez al día. Evitarás que tus pies estén húmedos.
§ Utilizar talcos o cremas antifúngicas.